lunes, 23 de noviembre de 2009

La angustia por la crisis genera males mentales

Cinthya Sánchez y Natalia Gómez
El Universal
Lunes 23 de noviembre de 2009

En 2009, las consultas para atender los trastornos aumentaron 30%; la gente tiene consecuencias físicas también

La crisis económica también duele. Se manifiesta física y emocionalmente en los mexicanos. Hoy, hasta 43% de los pacientes que llegan a las mil 500 Unidades de Medicina Familiar (UMF) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) por diversas enfermedades, padecen también algún trastorno mental como depresión, ansiedad o angustia.
Es un fenómeno nuevo. Así lo registra José Luis Jiménez López, director de Psiquiatría del Centro Médico Nacional la Raza, donde las consultas para atender trastornos mentales han aumentado 30% en lo que va de 2009.

Los médicos aseguran que esto se debe a la angustia que está viviendo la gente por la crisis económica.
La demanda ha sido grande, a tal grado que el IMSS anunció el mes pasado que los 13 mil 500 médicos familiares con los que cuenta el instituto reciben capacitación en temas de psiquiatría para la detección y atención de problemas relacionados con la salud mental, a fin de dar un diagnóstico oportuno y tratamiento integral de la enfermedad.

Ahora, las personas que llegan a una consulta en el IMSS por depresión o ansiedad, se ven muy agobiadas por todos los problemas que enfrenta el país, no sólo los huecos económicos, sino también los emocionales.


Afección multifactorial
Aunque para que la crisis duela y afecte emocionalmente se deben conjuntar varias situaciones: “Estos trastornos se consideran multifactotriales. No toda la gente que está viviendo la crisis económica sufrirá un padecimiento, aquí la situación se agrava si además de angustia por el dinero existen factores genéticos y pocas herramientas personales para enfrentar los momentos fuertes de la vida”, dice el psiquiatra.
“No es lo mismo tener empleo aunque el dinero no alcance, que perderlo sin encontrar uno; tampoco es lo mismo vivir la crisis acompañado por una pareja o en familia, que vivirla al mismo tiempo que se enfrenta un duelo de divorcio o de muerte”, explica.

Coincide Alberto López Díaz, jefe de psiquiatría comunitaria del Hospital Fray Bernardino, quien asegura que las consecuencias negativas en la salud física y mental serán en función de la magnitud de tales eventos, del significado personal y de los recursos, ya sean materiales, personales o sociales, con que el individuo cuente para afrontarlos.

“Si el individuo enfrenta la situación estresante de manera negativa y sin atención médica oportuna, puede presentar un trastorno grave de ansiedad o depresión que culmine en un suicidio”, advierte Alfonso Martín del Campo, coordinador de Investigación de Servicios de Salud Mental del Hospital General de México.

Problema de salud pública
Los médicos están preocupados por el crecimiento de este grave problema de salud pública: 673 mil mexicanos han sido atendidos por un psiquiatra del IMSS entre enero de 2008 y agosto de 2009. De éstas, 80% padecen depresión o ansiedad. A ello habría que sumarle las personas que son atendidas en hospitales del sector privado.
Todos tuvieron que pasar por un largo proceso para ser atendidos. “Deben ser canalizados por un médico familiar antes de enviarlos con el especialista. El proceso puede llevar meses, pero la gente espera porque la demanda es mucha y los tratamientos de éstos trastornos son muy caros”, dice Jiménez López.

El impacto de situaciones de tensión en la salud física no es menor. Al menos seis enfermedades se pueden presentar cuando una persona está sometida a situaciones de estrés graves.

En el área de salud mental del Hospital General de México, las consultas se han duplicado. Hace un año, el promedio de consultas diarias estaba entre 40 y 50, hoy se atienden hasta 80 y 90 personas especialmente en edades productivas, de las que 80% presentan estrés asociado con enfermedades físicas.

Esto se explica porque patologías como la ansiedad y la depresión pueden originar también un trastorno psicosomático, donde se presentan dolores físicos producidos como consecuencia de problemas psicológicos. Los médicos calculan que sólo la mitad de las personas que experimentan estrés tienen la capacidad de responder adecuadamente.

Gastritis, vitíligo, colitis, migraña, parálisis facial, complicaciones con los hipertensos; dolores en articulaciones y en la parte baja de la espalda, así como erupciones dérmicas, son algunas de las enfermedades, que tienen un origen multifactorial pero que se pueden presentar bajo una situación de tensión.

“Sucesos importantes en la vida de las personas como la pérdida de seres queridos, desempleo, divorcio, contrariedades de la vida cotidiana como los problemas en las relaciones con miembros de la familia, compañeros de trabajo o vecinos y situación económica, constituyen factores de riesgo para la aparición de enfermedades”, explica el doctor Rafael Reyes Vázquez, médico adscrito al área de Salud Mental del Hospital General.

¿Qué les duele a los mexicanos?
Los dolores de la población mexicana están en las estadísticas del IMSS: 18% padece migraña; 15 millones de personas tienen hipertensión arterial; ocho de cada 10 personas padece de gastritis; alrededor de 50% de la población presenta, en algún momento de su vida, colitis; se atienden al año 18 mil 680 casos nuevos de vitíligo.

Otra enfermedad que se puede originar por estrés es la fibromialgia, que se caracteriza por dolencias por más de tres meses en la región lumbar, cuello, tórax y muslos; insomnio, dolor de cabeza o depresión. En alrededor de 90% de los casos afecta a las mujeres, porque según el IMSS, son más aprehensivas con los problemas personales o laborales.

Artículos médicos refieren la estrecha relación entre el vitíligo y el estrés. En más de 50% de los enfermos e incluso en 70%, aparece la enfermedad luego de la ocurrencia de eventos estresantes (en un período no mayor de un año), evaluados por las personas como relevantes para su bienestar.

La migraña se considera la principal causa de ausentismo laboral y puede agravarse por fatiga, exceso de trabajo y responsabilidades, aunque también se presenta en pequeños, en quienes persiste de manera más intensa el malestar al ruido y a la luz.

La colitis se manifiesta en altos índices en adultos de entre 50 y 70 años, pero también en pacientes jóvenes de 20 a 35 años de edad, en mayor medida a causa del estrés producido por el trabajo o las presiones del hogar.

Las estadísticas indican que en algunas enfermedades los rangos de edad para este tipo de padecimientos no son exclusivos de un sector de la población, pues a niños y jóvenes también les afecta el estrés que enfrentan a nivel familiar, escolar y social. Prueba de ello es que el 80% de los alumnos de educación media ha padecido migraña en algún momento de su ciclo escolar.

El estrés, la angustia, la depresión y la ansiedad no son padecimientos que le pertenezcan a un sólo grupo social; no distinguen edad, sexo, condición física o económica. Tienen varias repercusiones físicas, al igual que causan dolor y desencadenan enfermedades.

Tanto a nivel privado como público, el sector salud está registrando que actualmente la crisis económica se refleja en las dolencias de la gente que deambula en los pasillos de los hospitales del país y en la demanda de los medicamentos y de los servicios médicos.

Quizá por ello es que los especialistas en psiquiatría coinciden en que se ha registrado un alza significativa en el número de consultas, como producto de una angustia colectiva.
En el caso del sector público, las cifras se inflan porque, al no haber suficiente dinero, la gente opta por los servicios médicos gratuitos en vez de acudir a los hospitales privados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La Secreataría de Educación tiene un conjunto de políticas de gestión que no permiten consolidar el desarrollo profesional de los docentes.
Ahora el problema que genera angustia es la crísis social, pero, que pasó con la propuesta de fortalecer el trabajo de los docentes frente a los alumnos proporcionándoles herramientas para paliar con el desgaste emocional del trabajo diario, antes de presentarse el Síndrome de Burnout.
Eso se ha olvidado y es una lástima para todos nosotros.